¿Por qué “La Paradoja de Kaldor”?
Las relaciones causales que la economía ortodoxa presenta como evidentes a partir del razonamiento individual no siempre se cumplen cuando se insertan en un modelo agregado más complejo. Surgen así aparentes “paradojas” que –en realidad– no hacen sino revelar las debilidades del pensamiento convencional.
Por ejemplo, la “paradoja de la austeridad” (Keynes), la “paradoja de los costes” (Kalecki), la “paradoja de la tranquilidad” (Minsky), la “paradoja de la deuda” (Steindl) o la “paradoja de Kaldor”, que hemos escogido para dar nombre a nuestro blog por su relevancia actual.
En 1978 el economista húngaro Nicholas Kaldor demostró no sólo que no se cumplía la relación mecánica e inversa que la teoría económica convencional sostiene que existe entre los costes laborales y la competitividad internacional, sino que ocurría más bien lo contrario: aquellos países que experimentaron los mayores crecimientos en las exportaciones eran aquellos cuyos costes se habían incrementado más rápidamente. Cuarenta años más tarde, este sigue siendo un debate de enorme actualidad.
El estudio de Kaldor ilustra las debilidades de aquellas estrategias que pretenden basar el crecimiento económico en mejoras de la competitividad logradas mediante políticas de represión salarial. No sólo son otros los factores que condicionan la posición exportadora de las empresas de un país (como la innovación, el cambio tecnológico o la diferenciación de producto), sino que además las devaluaciones salariales perjudican la productividad, aumentan la desigualdad y deprimen la demanda interna.
La “Paradoja de Kaldor” abre una visión alternativa en el análisis de las relaciones entre crecimiento, desigualdad y sector externo. Pero, sobre todo, nos invita a reflexionar sobre la necesidad de utilizar enfoques alternativos para analizar las economías contemporáneas. Ese es precisamente el propósito de nuestro blog.